La vida de la persona que sufre daños por negligencia médica se divide en un “antes y un después”. Un error médico te marca, incluso permanentemente, es duro de afrontar y tiene muchas implicaciones: legales, físicas, financieras, y sobre todo emocionales, razón de peso para librar una batalla legal que te devuelva un poco de lo que perdiste en ese proceso médico.
Los casos de negligencia médica abarcan muchas áreas: errores de diagnóstico, infecciones quirúrgicas, reacción al medicamento, tratamiento inadecuado, cirugía de corazón, procedimientos innecesarios, terapia experimental y lesiones durante el parto. Aunque probar negligencia médica no es tarea fácil y hay que cumplir con estrictas cargas legales, sí es posible recuperarse en una demanda. Nuestra firma ha liderado casos exitosos en todas estas áreas.
Una de las áreas más comunes donde se dan reclamos legítimos por negligencia médica es la de lesiones de nacimiento, debido a negligencia obstétrica, lesión de plexo braquial, daño en el nervio, parálisis, daño cerebral por falta de oxígeno, distocia de hombros, entre otros. Aquí deben probarse elementos claves para validar la demanda, que giran en torno al estándar de atención, incumplimiento del deber y daño real sufrido.